jueves, 29 de octubre de 2009

A veces pepito, cuando te miro sentado,
adivinando el sabor de la piel de Lisa,
cubro mis manos secas para que absorban
la lluvia que brota de mis ojos,
para que entiendan que los amores no siempre
son completados.

A veces cuando mis noches llegan a ser más
frías cubro mi cuerpo, con las locuras de mi
mente.
Quiero tenerte ahí siendo amigo de mis sabanas.

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