Por qué la gracia de tu sonrisa no se queda tatuada
en mis labios, porque entre mis dedos
aún se queda el sabor de cada roce,

de cada roce.


Quisiera borrarte de mi memoria,
tirar la libretas viejas y empezar a escribir algo nuevo,
de alguien nuevo,
de algo limpio que me comprenda,
que no me haga soltar lagrimas a la suerte estupida que me persigue.


Quisiera poder hacer de cuenta que no
te di mi vida entera,
que aun rota, tengo la esperanza de recoger los
pedazos y pegarlos entre partes mal congeniadas,


Tú ganaste, llevate mis pedazos, a mí ya ni eso me sirve.