martes, 6 de octubre de 2009

Quisiera aunque fuera una vez, no morir
entre tus labios humedos, entre tus patrañas
armadas con tiempo e idea,
quisiera por una vez convertirme en la
coincidencia de la calle, en la llamada esperada,
en el antojo de la tarde,

Quiero ser necesidad.


Quiero convertirme en el recuerdo más vago, más
ruin, más dañino, en el que te hace daño
y te obliga a guardarte en una sala de hospital,
quiero verte morir entre mis entrañas,
obligarte a medicarte de por vida,
aprisionarte en una mansión embrujada,
en un ideal frustado.


Pero ya no te pensare, porque
mis días siguen corriendo,
tú comes felizmente y yo ni un bocado
he probado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario